CEDERNA-GARALUR actúa en la Montaña de Navarra, un extenso territorio que abarca la mitad norte de la Comunidad Foral de Navarra. Cuenta con una extensión de 4.900 km2; una población de 80.000 habitantes, 126 municipios y 100 kms. de frontera con Francia.
Tierra de contrastes y de una gran riqueza patrimonial, destaca por poseer una fuerte identidad propia, forjada a lo largo de los siglos por la diversidad de valles, comarcas y cuencas que la conforman: Valles de Roncal, Salazar, Aezkoa, Erro, Esteribar; comarcas cantábricas de Bidasoa, Baztan, Leitzaran, Larraun, Ultzama y Sakana; y cuencas prepirenaicas de Aoiz, Lumbier, Sangüesa.
El tejido empresarial está muy atomizado, formado en su mayor parte por personas autónomas y PYMES (pequeñas y medianas empresas), concentradas principalmente en las comarcas cantábricas. En los últimos años, la mejora de las infraestructuras y las políticas de desarrollo local ha impulsado el crecimiento del sector primario, especialmente el sector agroalimentario, asociado también a la transformación del producto local.
No obstante, los sectores económicos con más peso son la construcción, el transporte y la logística, y sobre todo el sector servicios como comercio local y sobre todo, los servicios turísticos, en los que la iniciativa privada han sabido aprovechar el patrimonio local para ofrecer una amplia oferta de alojamiento, restauración, ocio y calidad de vida, teniendo como sello distintivo la calidad del producto.
Los puntos fuertes de la Montaña de Navarra son:
- La riqueza de recursos naturales con alto valor medioambiental y paisajístico.
- La diversidad de un valioso patrimonio cultural, histórico y etnográfico.
- La fuerte identidad de cada una de sus comarcas, que subraya el caractere diferenciado de la historia, el paisaje, el patrimonio e incluso la economía de cada una de ellas.
- La calidad de la oferta de productos locales.
- Un destino de turismo de calidad reconocido.
- La estratégica situación geográfica como territorio transfronterizo.
- Un tejido empresarial asociativo agroalimentario, forestal, turístico.
- La capacidad y voluntad social de innovación y cambio.
- El potencial de diversificación de la actividad económica.
- Un equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental, entre lo tradicional y lo moderno.
- Un territorio rural con posibilidades para vivir, trabajar y disfrutar